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- Los expertos piden incluir en el Código Penal infracciones como conducir sin carné, exceder ciertos límites de velocidad y superar ampliamente la tasa de alcoholemia permitida.
- El Simposio Internacional de Antropología Viaria se enmarca dentro de las actividades del Programa de Seguridad Viaria impulsado por la fundación abertis.
Los expertos coinciden en que las sanciones son necesarias para reducir el número de infracciones y los índices de siniestralidad. Sin embargo, la sanción como estrategia única tiene una eficacia limitada y es necesario combinarla con la educación viaria. Esta ha sido una de las conclusiones del VI Simposio Internacional de Antropología Viaria, promovido por la fundación abertis en colaboración con la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) y celebrado hoy en el Palau de la Música bajo el epígrafe de Ley, transgresión y sanción.
La educación viaria tiene efectos más positivos y duraderos que la sanción puesto que el sujeto acaba cumpliendo las normas por seguridad y no por miedo a ser sancionado. Para reducir el número de infracciones los expertos también han apuntado la necesidad de contar con la aceptación social de las normas y con suficientes recursos para la aplicación de las leyes. España es el país con menos controles establecidos en las carreteras y con menos sanciones por malas conductas al volante, en 2004, 25,2 infracciones detectadas por cada 1.000 vehículos, mientras que en Holanda se llegaron a las 850 sanciones sólo por exceso de velocidad, según un estudio de la Federación Europea de Carreteras.
Asimismo, los ponentes se han mostrado partidarios de actualizar el Código Penal para incluir nuevos delitos, como la conducción sin carné, superar los límites de velocidad en 70 km/h o conducir con una tasa de alcohol superior en un 100% a la permitida.
El VI Simposio ha contado con la presencia de Pere Navarro, director general de Tráfico, que ha pronunciado la conferencia Aspectos legales de la política de seguridad viaria, y de Luis Montoro, catedrático de Seguridad Viaria de la Universidad de Valencia, quien ha impartido la ponencia Sanción frente educación: dos estrategias para mejorar la seguridad viaria.
Pere Navarro ha agradecido a la fundación abertis su tarea en el ámbito de la seguridad viaria, y ha destacado la aportación de la fundación en el marco de la Operación Paso del Estrecho y en la realización del estudio Sistemas de respuesta a emergencias en carreteras y autopistas, que analiza los modelos de coordinación ante los accidentes viarios.
Por otro lado, el rector de la Universitat Internacional de Catalunya, Josep Maria Argemí, se ha mostrado muy satisfecho de los resultados de la colaboración entre la universidad y la fundación, y ha felicitado al Dr. Josep Olives por el desarrollo de la disciplina de Antropología Viaria, que, a su parecer, es cada vez más sólida y necesaria.
Debate entorno a la sanción viaria
En la mesa redonda Reflexiones antropológicas sobre la sanción de tráfico, moderada por Montserrat Nebrera, directora del Centro de Estudios Avanzados de la UIC, han participado Xavier Baulies, subdirector general de Tecnología y Sistemas de la Dirección General de Carreteras de la Generalitat de Catalunya; Alfonso Perona, secretario ejecutivo de la Fundación RACC; Joan Royuela, intendente de la Unidad de Circulación de la Guardia Urbana de Barcelona, y Eugènia Domènech, directora de la Fundación para la Prevención de Accidentes de Tráfico (P(A)T). El director del Servei Català de Trànsit, Rafael Olmos, ha clausurado este Simposio dirigido por Josep Olives, presidente de la Sociedad Catalana de Antropología Viaria y decano de Humanidades de la UIC.
Por sexto año consecutivo, la fundación abertis impulsa el Simposio Internacional de Antropología Viaria, una disciplina que estudia la vialidad centrándose en el factor humano como determinante para la seguridad en la conducción. El Simposio se enmarca dentro del Programa de Seguridad Viaria de la fundación abertis. Este Programa tiene como objetivo informar y sensibilizar la sociedad sobre el problema del tráfico y la seguridad viaria a través de cuatro grandes líneas de actuación: la educación viaria en las escuelas, los estudios de investigación, las jornadas técnicas y la divulgación.
La fundación abertis es una entidad dedicada a fomentar y difundir investigaciones sobre seguridad viaria y acerca del impacto de las grandes infraestructuras en el territorio, especialmente el medio ambiente, la economía y la demografía.
VI Simposio Internacional de Antropología Viaria:
Ley, transgresión y sanción
CONCLUSIONES
1. Hay que garantizar la libertad y la autonomía, pero haciendo hincapié en la seguridad. La libertad de movimientos y de transporte aparece como uno de los derechos fundamentales de la ciudadanía de hoy en día. Pero esta libertad individual se encuentra limitada por el mantenimiento del bien común. Las leyes de tráfico se originan a partir de dos principios: autonomía y seguridad. La tensión entre los dos genera el dinamismo de este tipo de legislación. Hay que garantizar la libertad y la autonomía, pero cada vez hacemos más hincapié en la seguridad. Hoy en día esto nos obliga a revisar el sistema, complementando las sanciones administrativas con las penales.
2. El sistema legal relativo a la acción viaria no acaba en las normas de circulación. El organigrama legal del sistema de acción viaria es muy complejo. La legislación va más allá de las normas de la circulación y hay que hacerla extensiva cada vez más a los ámbitos de la producción de automóviles, infraestructuras, administración de permisos, educación y formación, control formal, comunicación, etc. En la actualidad, todo el sistema está fragmentado y a menudo la gestión carece de dispositivos transversales y aglutinadores.
3. Para que las leyes sean eficaces, es necesario que la ciudadanía las acepte y las asuma. Está demostrado que, en el ámbito vial, las buenas leyes son eficaces en la reducción de la accidentalidad y en la mejora del tráfico. Para que las leyes y las normas sean eficaces es necesario que la ciudadanía las acepte y las asuma -se dice que la peor ley que aquella que no se cumple. De este modo, las leyes reciben la necesaria sanción social, sin la que la ley no tiene eficacia. Por este motivo, es conveniente que las leyes y las normas sean significativas, es decir, creíbles. De lo contrario, se generaliza una peligrosa tolerancia ante la infracción y la ley pierde eficacia.
4. Es necesario complementar la sanción con la educación. Hay una relación directa entre legislación y pedagogía. Si se desea la eficacia en el cambio de actitudes viarias y cívicas, es necesario complementar la sanción con la educación. Esto significa también temperar la represión con la prevención o, más en general, el control social (o control formal) con la asunción de normas por parte de los ciudadanos usuarios de la vía pública. En este sentido, es un avance la introducción del Carné por Puntos, porque combina ambas cosas, penaliza, pero también premia y da refuerzo positivo.
5. Hay que mejorar el procedimiento sancionador. Antes que modificar las leyes y aumentar las sanciones, es muy importante mejorar el procedimiento sancionador. Para que la sanción sea eficaz en la mejora real del civismo viario, hay que cumplir determinadas condiciones, entre las que destaca la inmediatez en la aplicación. También hay que reconsiderar en diferentes sentidos el valor cívico y moral de las sanciones económicas, más allá del valor recaudador. Habría que establecer una correcta proporcionalidad e intentar no confundir al infractor dando a entender que el motivo principal es económico y no cívico.
6. Un 40% de las actitudes, acciones y omisiones más peligrosas no son sancionables. La ley, las transgresiones y las sanciones se refieren sólo (o en gran medida) a la conducta consciente de los ciudadanos y, por tanto, no pueden incidir directamente sobre una buena parte de las principales causas de accidentalidad, que son inconscientes. Por tanto, se estima que hasta un 40% de las actitudes, acciones y omisiones más peligrosas no son susceptibles de sanción: se refieren a la distracción, a lo inconsciente, etc. La mejora de los graves problemas viarios depende en primer lugar del modelo de seguridad, antes que del modelo legal.
7. Hay que revisar el Código Penal: el exceso de velocidad y el exceso de intoxicación al volante deben ser delito. Conviene también la revisión del Código Penal para incluir determinadas conductas que provocan accidentes graves, y también a los conductores de riesgo (la mayoría reincidentes, etc.) El exceso de velocidad y el exceso de intoxicación al volante deben ser delito, ya que ponen gravemente en peligro el bien común. En el caso de la conducción sin carné, hay que distinguir entre la falta (como puede ser el conducir con carné caducado) y el delito (conducir cuando no se tiene carné o cuando ha sido judicialmente retirado).
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